Sin embargo, los médicos insisten en la necesidad de tales operaciones, independientemente del estado de salud de la mujer. Así lo confirmaron los resultados de un estudio reciente, en el que se analizaron varios implantes extraídos de pacientes en el último año.
Especialistas del Royal United Hospital y la Escuela Universitaria de Londres llegaron a la conclusión de que la membrana de las prótesis de PIP “son significantemente débiles” comparadas con las de otras marcas.
“No sabemos cuáles son las mujeres que están en mayor riesgo, esta es una lotería. Aconsejaríamos a las mujeres que se deshagan de ellos (implantes mamarios)”, dijo Nigel Mercer, ex presidente de la Asociación Británica de Cirugía Plástica y Estética.
En al menos el 95% de los implantes en Reino Unido se utilizaron prótesis PIP y fueron implantadas en clínicas privadas de ese país.
El escándalo de PIP estalló en marzo del 2010 cuando se decidió la retirada de las prótesis del mercado francés y la quiebra judicial de la empresa, que había utilizado para sus implantes un gel de silicona impropio para el uso médico en reemplazo de gel médico homologado, con el objetivo de reducir sus costos.
Frente a los riesgos de rupturas e irritaciones que presentan dichas prótesis, a finales de diciembre del 2011 el Gobierno francés recomendó a las mujeres portadoras de PIP en Francia que las retirasen, actitud seguida por otros países. Las prótesis eran fabricadas en Francia, pero el 84% de ellas fueron exportadas.