Sheqere Likaj, vecina de 57 años de la sureña localidad de Patos, en Albania, fue operada en 1998 en el Centro Hospitalario Universitario ‘Madre Teresa’ de Tirana, el más importante del país, para quitarse una piedra en un riñón que le causaba molestias.
En una reciente revisión médica realizada en Grecia, donde vive su hija, los médicos le dijeron que le faltaba un riñón. La mujer, que en un principio no quiso creerlo, volvió a someterse a otro chequeo en Tirana, donde le confirmaron la ausencia de uno de estos órganos.
La mujer solicitó su expediente médico sobre la operación, pero las autoridades sanitarias le respondieron que éste no existía.
Likaj recuerda que en aquel entonces los médicos le dijeron a su marido que "la operación resultó exitosa” y que el riñón iba a funcionar “con toda normalidad”. Además, afirma que después de esa intervención quirúrgica no se sometió a ninguna otra.
Para descubrir ese misterio se ha dirigido a la policía y ha exigido una investigación del caso y una indemnización por daños y perjuicios.
Según un informe del año pasado de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la compraventa ilegal de riñones ha aumentado tanto que la cantidad estimada de operaciones comerciales ha aumentado a 10.000 por año, más de una cada hora.