Los espectadores del canal BelMuzTV pudieron ver las escenas picantes entre 10 y 20 minutos, según distintas fuentes. Ellos comenzaron a sospechar que algo no iba bien cuando, minutos antes de la emisión escandalosa, el canal emitió de repente videoclips de la banda de rock Lyapis Trubetskoy, vetada oficiosamente por la televisión bielorrusa por criticar a las autoridades.
Desde el comienzo se barajaron distintas versiones para explicar el escándalo. Se pensó en la posibilidad de un sabotaje por parte de un empleado o ex empleado del canal que habría decidido vengarse por algún motivo, o bien en un ciberataque, e incluso en la equivocación técnica por parte de un ingeniero que confundió los canales y emitió lo que veía él durante su jornada laboral.
Solo después el Comité de Investigación bielorruso reveló que un bielorruso de 27 años que se encontraba en su puesto de trabajo “hizo una exhibición pública de videos pornográficos durante diez minutos” y luego desapareció.
Se ha iniciado una demanda por exhibición pública de material pornográfico utilizando las redes de telecomunicaciones públicas, los que se castiga con una pena de prisión de dos a cuatro años.
En el sitio web oficial la dirección del canal se disculpó por el malentendido, calificándolo de fallo técnico.