Los delincuentes operaban en la ciudad china de Hangzhou, ubicada en la provincia oriental de Zhejiang. El grupo delictivo buscaba a través de internet a individuos que querían vender sus riñones. Tras pasar un examen médico los futuros donantes esperaban en un apartamento alquilado hasta el momento de la cirugía.
Además de las penas de prisión, los condenados están obligados a pagar fuertes multas y se les han confiscado los ingresos ilegales, informa la agencia de noticias Xinhua.
Cabe mencionar que todos los presos son menores de 30 años. Según ellos, al principio vendieron algunos de sus propios órganos y luego, tras empezar a ganar dinero, decidieron buscar otros donantes. Uno de los miembros del grupo criminal confesó que con la venta de un riñón recibían más de 3.000 dólares. En total, con el tráfico de órganos lograron ganar cerca de 25.000 dólares.
Hace un año cinco ciudadanos chinos fueron acusados formalmente de formar parte de una red de traficantes de órganos y causar lesiones a un joven que vendió uno de sus riñones para comprarse un iPhone y un iPad.