El equipo que elaboró el informe, formado por investigadores de la Universidad de Kent, en Inglaterra, encontró que muchos de los participantes que creían en alguna teoría conspirativa, lo hacían en más de una y a menudo, contradictorias entre sí.
Por ejemplo, según el estudio, los participantes creían en la teoría conspirativa de que Osama Bin Laden sigue vivo y a la vez, apoyaban también la idea de que ya estaba muerto antes de que la incursión militar para capturarlo se llevara a cabo.
En este sentido, una conclusión importante que los autores extraen de su análisis es que las personas tienden a no creer en teorías de la conspiración concretas, sino que se trata, por lo general, de "creencias de orden superior", ya que, según los investigadores, estas personas sienten una "severa desconfianza hacia la autoridad" y las teorías conspirativas en las que creen se cimentan en el prisma ideológico a través del cual ven el mundo.
Un buen ejemplo es el reciente comentario de Alex Jones, uno de los principales conspiracionistas de EE.UU, tras el atentado de Boston. Jones sostiene que este atentado "podría ser una respuesta a la caída brusca del precio del oro o parte de una trama secreta del Gobierno de Obama para que las reglas de la Administración de la Seguridad del Transporte rijan también durante los eventos deportivos más importantes".
Por su parte, el escritor Timothy Melley explicaba en su libro 'El Imperio de la conspiración' que las teorías de la conspiración han sido tradicionalmente consideradas por muchos científicos sociales como "las visiones inverosímiles de una franja lunática" a la que múltiples psicólogos asociaban con alguna patología mental de tipo esquizoide.
Sin embargo, según los autores del estudio, estas explicaciones patológicas han demostrado ser ampliamente insuficientes, pues no se trata sólo de las visiones inverosímiles de una minoría, sino que, como refleja una reciente encuesta, el 37% de los estadounidenses creen que el calentamiento global es un engaño, el 21% cree que el Gobierno de EE.UU. está ocultando pruebas de la existencia de alienígenas y el 28% afirma creer que la élite de un poder secreto global está conspirando para dominar el mundo.