Unas pruebas han demostrado que uno de cada cinco bolsos es un refugio para bacterias que suponen una grave amenaza para la salud. El elemento más sucio que se encuentra en un bolso es la crema de manos. Las bacterias se acumulan en el tubo de la crema, lo que la convierte en algo más peligroso para el organismo que la taza de un retrete. La siguen el lápiz de labios y el rímel.
Según los científicos, el mayor peligro lo representan los bolsos de cuero, puesto que su superficie porosa es ideal para que se reproduzcan las bacterias. Los expertos recomiendan a las mujeres que se laven las manos con frecuencia y limpien sus bolsos con gel o toallitas antibacterianas para evitar la transmisión de bacterias.
"El bolso está constantemente en contacto con las manos y con muchas superficies, por eso el riesgo de transmisión de microbios es muy alto, sobre todo si los bolsos no se lavan con frecuencia. Una vez dentro del bolso, las bacterias pasan automáticamente a las manos de la mujer. Es por eso que lavarse las manos y limpiar el bolso con regularidad ayuda a prevenir la formación de bacterias", comenta el director técnico del grupo investigador, Peter Barratt.
El científico añadió que las áreas de trabajo de la cocina también presentan índices peligrosos de contaminación, ya que allí proliferan las bacterias 'E. coli', causantes de brotes de enfermedades diarreicas.
Anteriormente, los científicos habían advertido de que también constituyen un medio de propagación de microbios las neveras de oficinas, los teléfonos móviles, los ratones de ordenador y los botones de los ascensores.