"Dada la escasa efectividad que han tenido las campañas de concienciación anteriores que estaban dirigidas a todos los ciudadanos, se decide cambiar la estrategia y dirigirnos exclusivamente a los dueños de los perros que no recogen las cacas", reza el vídeo de promoción del proyecto.
La innovadora campaña lleva el nombre de Cacas Express. Durante varios días, unos voluntarios vigilaron las zonas de Brunete más populares entre los perros y sus amos y se encargaron de recoger los excrementos caninos que los dueños dejaban en el suelo.
El paso siguiente consistía en preguntar el nombre de la mascota y su raza, información suficiente para poder identificar posteriormente, gracias a la base de datos del Ayuntamiento, dónde vive el propietario del perro.
Una vez que sabían la dirección de los amos del can, los voluntarios se dirigían a sus casas para devolverles el 'objeto olvidado' en una caja que, además, contenía una nota de advertencia que informaba a los dueños de que a la próxima infracción tendría que pagar una multa de entre 30 y 300 euros.
Según los datos de las autoridades locales, la campaña ha dado resultados: después de enviar 147 'regalos' a domicilio, las heces de perros en las calles de Brunete se redujeron en un 70%.