Según 'New Tang Dynasty Television', Sun Jifa, de la provincia de Jilin, al norte de China, perdió sus dos manos cuando un explosivo de pesca explotó en su casa hace nueve años.
Incapaz de pagarse unos costosos brazos protésicos en los hospitales locales, Sun compró un par de baja calidad con los que apenas podía trabajar el campo. Pero el granjero no se dio por vencido y trabajó los siguientes ocho años en la elaboración de su propio par de brazos biónicos de acero partiendo de cero y haciendo uso de su intuición.
"Transfiere la energía a partir del movimiento natural de mi codo hacia un dedo, lo que le permite agarrar y sujetar. Esta es la mano izquierda. Para la otra mano la rotación de los dos huesos que me quedan en este brazo permite que mi mano derecha abre y cierre", explica.
"Mediante el uso de estas manos, puedo ayudar a mi familia con las tareas en el campo, no soy inútil", explica Sun Jifa, que ha montado su popio negocio.
Gracias a su ingenio, Sun se hizo hasta tal punto famoso, que la gente que también han perdido sus extremidades comenzó a recurrir al agricultor para que le hiciera una mano artificial. Sun dice que ha hecho ya unas 1000 manos artificiales, ganando por cada una 500 dólares, un precio unas 10 veces más barato que el de las manos biónicas que ofrece la mayoría de los hospitales. Pero lo más importante para él, confiesa el agricultor, no es el dinero, sino el hecho de que estas prótesis devuelven la confianza a las personas.