Princess desapareció el 7 de mayo y fue encontrada el 22 dentro del motor del BMW. La gata dañó la manguera del refrigerante y una señal de advertencia se encendió en el panel de control del coche, obligando a la mujer a abrir el capó.
El animal estaba atrapado tan adentro que Julie tuvo que pedir la ayuda a su vecino, propietario de un almacén de piezas de automóviles. El mecánico tuvo que retirar algunas partes del motor para rescatar a la gata.
“Si no se hubiera encendido una señal en el panel, nunca habría pensado que esto podía suceder”, dice la británica de 40 años de edad.
De manera asombrosa, el único daño que el animal sufrió a causa de lo sucedido fueron unas manchas de líquido refrigerante.
Princess, que sobrevivió dos semanas sin alimentación ni agua, estaba muy delgada, pero se recuperó rápidamente y ahora lleva una vida normal, comiendo y jugando como siempre, comenta su dueña.
El cambio de la manguera dañada por el animal le ha costado 300 libras esterlinas (454 dólares) a la familia Tansley. "Así que es una manera muy costosa de llevar al gato de viaje contigo", bromea Julie.