Esta declaración no vino de un miembro cualquiera de la Iglesia, sino del cardenal George Pell, uno de los ocho elegidos por el Papa Francisco para reformar el seno de la institución católica. Pell confirmó que la Iglesia australiana encubrió a varios sacerdotes pedófilos. El cardenal también quiso subrayar que no había participado directamente en estas ocultaciones.
Siete décadas de dolor
"La principal motivación era mantener la reputación de la iglesia [...], había miedo a un escándalo", declaró el cardenal durante la sesión final de la comisión en el Parlamento del estado de Victoria, que investiga los casos de pederastia cometidos en las distintas órdenes religiosas.
Hace ya poco más de medio año, la Iglesia Católica asumió que sus sacerdotes en Australia habían cometido 620 abusos sexuales contra menores. Un reconocimiento que tiene como punto de origen la década de 1930, aunque la mayoría de los abusos se produjeron entre 1960 y 1980.
Un intento de obtener el perdón
Pell, quien es el actual arzobispo de Sídney, pidió disculpas a las víctimas al inicio de su intervención y mostró arrepentimiento por parte de la comunidad católica australiana por no haber actuado de manera más rápida contra los pederastas.
"Estoy de acuerdo en que hemos sido lentos al actuar frente a la angustia de las víctimas y que tratamos con ello de manera imperfecta", señaló el clérigo australiano.
Según las asociaciones de víctimas, el número de los que sufrieron abusos puede ser diez veces mayor y superar los 6.000 casos, sólo en el Estado de Victoria.
En julio del año pasado, el Papa Benedicto XVI pisó tierras australianas y allí se reunió con algunas de las víctimas, a las que pidió perdón en nombre de la Santa Sede.