En el hospital se descubrió que su cerebro estaba infectado con la bacteria 'E. coli'. El hombre cayó en un coma profundo y permaneció en este estado una semana, durante la cual vivió "una experiencia increíble y fuera de este mundo".
“Lo que vi no fue un túnel, aunque sí tuve la sensación de ascender por un valle estrecho y oscuro para llegar a otro con una luz espléndida y unos colores indescriptibles”, cuenta Alexander entre otras cosas, y añade que el lugar que visitó "es un sitio maravilloso, reconfortante y lleno de amor".
Lo que vi no fue un túnel, aunque sí tuve la sensación de ascender por un valle estrecho y oscuro para llegar a otro con una luz espléndida y unos colores indescriptibles”"No tengo miedo a morir porque ahora sé que no es el final", confiesa el neurocirujano.
El médico, que antes había sido una persona escéptica, está ahora convencido de que “Dios y el alma existen realmente, y la muerte no es el final de la existencia personal, sino una mera transición”.
Desde su publicación en inglés, la obra de Alexander, académico y especialista de neurología de la Universidad de Harvard, se ha convertido en un éxito en EE.UU., con 26 semanas liderando en la lista de los libros más vendidos del periódico 'The New York Times'.