El ladrón de guante blanco de 26 años de edad fue detenido en febrero de este año en la escena de un crimen. La investigación posterior ha revelado que el hombre realizó unos 80 robos similares más en los campus universitarios ubicados en el centro de Lyon.
El delincuente dejó las huellas de su oído en las escenas del crimen, al apoyar su cara en la puerta de la entrada para escuchar si había alguien dentro.
Probablemente el ladrón ignoraba que las huellas de oídos, al igual que las huellas dactilares, son únicas, así que relacionar al ladrón con los robos no le costó mucho trabajo a la policía. No obstante esta técnica no es ninguna novedad. De hecho, es bastante vieja, pero, como mostró este caso, sigue siendo muy eficaz.
El número de este tipo de robos con allanamiento ha aumentado notablemente este año en Francia, alcanzando los 19 al día. De acuerdo con los datos de las investigaciones, estos crímenes son cometidos principalmente por emigrantes de Europa del Este.
Anteriormente, el 16 de abril y también en Lyon, la Policía detuvo a cuatro ciudadanos georgianos más bajo sospecha de haber participado en 75 robos.