Eso sucedió gracias a Tyron Swan, un buceador profesional de 23 años y amigo de los hijos de Pascale, a quien un día se le ocurrió que podría hacer surf con la mujer atada a él.
Al principio todos creían que los dos se habían vuelto locos y les advirtieron que ambos se hundirían sin falta en cuanto cayeran desde la tabla de surf.
Tras practicar un rato siendo remolcados por una moto de agua, ambos probaron su primera ola en diciembre pasado, dejando a todos en la playa con la boca abierta.
Pascale, quien nació en Francia pero mudo a Australia, dijo que nunca podría olvidar lo que sintió en aquel momento.
“Me acuerdo de levantar la cabeza y ver los colores de la ola, oír ese sonido, era fantástico. Lamento cada vez que eso termina”, relató la mujer.
Pascale lleva 18 años paralizada a consecuencia de un accidente de tráfico.