Osborne compró la mascota, Freya, como un regalo para sus dos hijos en 2009, cuando su partido, el conservador, estaba en la oposición y la familia vivía en Notting Hill, en la parte oeste de Londres. A los pocos meses, Freya desapareció.
El año pasado fue encontrada sana y salva, informándose de que "fue atendida" por un "vecino". La gata regresó a los Osborne gracias a un microchip bajo su piel que lleva el número de teléfono de la familia. Mientras tanto, algunas fuentes del diario 'Daily Mail' sospechan que durante su ausencia Freya fue dotada con otros dispositivos electrónicos, incluso destinados al espionaje.
"Pensamos que se trata de los chinos. Ella puede ir a todas partes. En ese caso sólo tienes que instalar un chip en ella que te permitirá descubrir la mitad de los secretos del Gobierno", dicen altos funcionarios conservadores citados por el diario.
Mencionan su capacidad de pasar desapercibida entre los policías, los detectores de metales y guardias de seguridad.
Además de visitar las sedes de diferentes organizaciones, Freya pasa mucho tiempo en los bares. Su lugar favorito se encuentra en Westminster, se trata del pub Red Lion. La gata lo visita frecuentemente a pesar de tener que cruzar cuatro calles con mucho tráfico.