Según el diario 'The Daily Mail' el pasado viernes por la noche el hombre, de unos 40 años de edad, se cayó del puente Kessock Bridge en la ciudad de Inverness, en Escocia, muy famoso entre los suicidas. El hombre pasó 10 minutos en el agua fría, de donde le sacaron los socorristas en un bote salvavidas. Ante la ausencia de médicos, debido a lo avanzado de la noche, los propios rescatistas le dieron por muerto y trasladaron su cuerpo a la morgue del hospital Raigmore.
Los empleados de la institución quedaron muy sorprendidos al encontrar síntomas de vida en el supuesto cadáver y llamaron rápidamente a los paramédicos, que trataron de resucitar al hombre, aunque sus intentos resultaron infructuosos. El hombre fue declarado muerto por segunda vez.
Las autoridades sanitarias de Escocia, NHS Highland, confirmaron que la alarma se produjo cuando al examinar el cuerpo, el personal de la funeraria tuvo sospechas de que había "posibles señales de vida". "El Servicio de las Ambulancias de Escocia y el equipo interno para tratar paros cardíacos asistieron (a la examinación) y de inmediato iniciaron la reanimación. A pesar de la evidencia de signos de vida no fue posible reanimarlo", dijo el portavoz del NHS Highland.