Demandan a la Policía de Chicago por sodomizar a un inocente con un arma

El estadounidense Ángel Pérez demandó al agente de la Policía de Chicago Jorge López por sodomizarle con un arma de fuego y usar una fuerza excesiva para forzarle a colaborar en la captura de un presunto traficante de drogas.
Según publica el portal de Courthouse News Service, después de que los policías detuvieran a Ángel Pérez el pasado mes de octubre, el hombre fue interrogado en la comisaría y supuestamente fue también agredido en un intento de conocer los contactos de un presunto traficante de drogas, aunque Pérez dijo que no sabía nada acerca de sus presuntos delitos. El estadounidense solicitó un abogado, pero la Policía no le prestó atención. 

Los agentes estuvieron particularmente interesados en un hombre llamado Dwayne, cuyo número estaba en la lista de contactos del teléfono de Pérez. Según la demanda, la Policía quiso que el detenido se pusiera en contacto con el presunto traficante para encontrarse con él y comprarle drogas, de manera que pudieran capturarle, pero Pérez se negó a llamarle.

El demandante indicó que al final la Policía le dejó en libertad, pero le llamó al día siguiente diciendo que su detención fue un error y que acudiera a la oficina para firmar algunos papeles. Sin embargo, cuando Pérez llegó, López le golpeó en la cabeza y le encarceló otra vez. 

Mientras Pérez se encontraba en la comisaría, seis uniformados entraron en su celda y amenazaron con enviarlo a la cárcel para que fuera violado por miembros de pandillas, en caso de no cooperar con ellos. Luego, la Policía comenzó a agredir a Pérez. La demanda dice que el sargento "se sentó en el pecho del demandante, puso sus manos sobre cuencas de su ojos y se los empujó con fuerza, haciendo que el hombre sufriera un severo dolor. 

Después, de acuerdo con la demanda, dos agentes le quitaron los pantalones y sodomizaron a Pérez con una pistola "riéndose histéricamente", después de lo cual Pérez aceptó cooperar. Llamó a Dwayne y dijo que quería comprar heroína. Pérez quedó con el presunto traficante y llevó consigo un dispositivo de grabación y un GPS para que los agentes pudieran localizar al supuesto delincuente.

López siguió llamando a Pérez hasta que este decidió contactar con la Dirección de Revisión Independiente de la Policía. Los abogados del demandante exigen daños punitivos para el agente policial por uso de "fuerza excesiva, acoso y angustia emocional".