Elizabeth Daly, estudiante de la universidad de Virginia, acababa de comprar agua, masa para galletas y helado, cuando su coche, que estaba aparcado en un oscuro estacionamiento, se vio rodeado por sujetos no uniformados vestidos de paisano.
Uno de ellos saltó sobre el capó y otro sacó un arma, momento en que ella, movida por el instinto de supervivencia, arrancó el coche . Al hacerlo Daly rozó a los dos sujetos y llamó a la policía para pedir que la rescataran. Pero no pudo completar la llamada, ya que uno de los ágiles atacantes interpuso su coche ante el suyo y la detuvo por tres delitos, entre ellos el de agredir a un agente.
Los atacantes resultaron ser policías de la agencia por el Control de Bebidas Alcohólicas. Si bien la chica terminó pasando la noche en la cárcel, los cargos contra ella le fueron retirados y se ha abierto una investigación contra los agentes.