La paciencia de la sociedad se agotó y la indignación popular ucraniana se incrementó después de que uno de los participantes en la violación, el teniente mayor Yevgeni Drizhák, quedara en libertad. Los residentes locales que exigían el castigo de los violadores lanzaron piedras contra las ventanas del Departamento de Policía de Vradievka e intentaron irrumpir en el edificio. Como resultado diez policías resultaron heridos.
En la víspera se celebró una audiencia previa referente a los dos acusados detenidos, el teniente de la Policía Dmitri Polishchuk y el taxista Ryabinenko. Centenares de residentes locales rodearon la corte e intentaron asediar el edificio para linchar al presunto policía violador.