La niña se dirigía a casa de su tía, que se encuentra en un barrio vecino al suyo, cuando un pedófilo le tapó la boca y la arrastró con intención de abusar de ella. Afortunadamente, los gritos de la niña alertaron a unos cinco perros callejeros que inmediatamente comenzaron a morder al agresor. La pequeña aprovechó el momento para huir.
Acto seguido, la niña pidió ayuda en una de las casas vecinas donde se pusieron en contacto con la Policía local. Posteriormente, los agentes del orden público localizaron a la familia de la agredida.
El paradero del agresor se desconoce y tampoco se sabe nada de los perros callejeros que salvaron a la muchacha.