En respuesta, Jorge Bergoglio señaló que nunca acepta títulos honoris causa ni otras distinciones, pero que tratándose de familiares de víctimas del atentado de la AMIA, que provocó 85 muertos hace 19 años en Buenos Aires, no podía oponerse.
El encuentro tenía la finalidad de pedir ayuda para obtener justicia en este atentado, en el que los ocho ciudadanos iraníes acusados no han podido ser juzgados.
"Judíos y católicos necesitamos respeto", dijo Sergio Burstein, un miembro del grupo. "Nuestra tarea en busca de la justicia y la verdad está basada en cuatro pilares: respeto, diálogo, justicia basada en la verdad y paz", agregó. El papa, por su parte, respondió: "En este camino los voy a acompañar".
Asimismo, varias de las mujeres que asistieron se mostraron conmovidas por el hecho de que la cabeza visible de una religión distinta a la de ellas les reciba tan cálidamente, cuando, en cambio, han sido abandonados por su propia comunidad.