Exprisioneros y defensores de los derechos de los presos denuncian que el personal médico de las prisiones de California obligaba a las mujeres a hacerse esta operación mientras estaban embarazadas, eligiendo como objetivo sobre todo a las que consideraban que eran propensas a volver a la cárcel en el futuro, según informó el periódico local 'Sacramento Bee'.
Las mujeres accedían pensando que sería una buena idea para no quedarse embarazadas al tener relaciones sexuales en el futuro. Así, el Gobierno se gastó más de 145.000 dólares en estas cirugías de las que no tenía ni idea.
Desde 1994 el uso de fondos estatales para hacer esta operación requería la aprobación de altos funcionarios para cada caso. Los médicos y la prisión dicen que no sabían nada sobre esta legislatura. "Todo el mundo operaba pensando que se trataba de algo absolutamente razonable para hacerlo", dijo la doctora Ricki Barnett, jefa de un centro que controla los servicios médicos para las prisiones de California.