El niño, de seis años de edad, cayó en un agujero cuando paseaba con su familia en las proximidades del Lago Michigan. Sus padres intentaron sacarlo a la superficie, pero al hacerlo, el pequeño quedó cubierto de arena.
En un intento desesperado por salvar su vida, los equipos de emergencia que se desplazaron a la zona comenzaron a excavar usando sus propias manos. Sin embargo, finalmente fue necesario el uso de una excavadora para desenterrar al pequeño, una operación que se prolongó por más de tres horas.
El menor fue trasladado a un hospital de Chicago, en el estado de Ilinois. Aunque se encontraba en estado crítico cuando fue rescatado, responde bien al tratamiento, según fuentes médicas.