Grecia se mantiene en vilo desde la victoria en las elecciones parlamentarias de 2015 del partido Coalición de la Izquierda Radical, más conocido como Syriza. El partido de Alexis Tsipras se impuso gracias a su compromiso de acabar con la austeridad severa que en cinco años ha desesperado a los griegos al no atajar la crisis. El rechazo del nuevo Gobierno a introducir más recortes presupuestarios y nuevos impuestos llevó a la Troika de acreedores formada por la Comisión Europea, el BCE y el FMI a congelar los nuevos fondos del programa de rescate de Grecia. Sin estos fondos Grecia no puede saldar su deuda acumulada ante los acreedores, por lo que pende de un hilo, oscilando entre el 'Grexit' y la rendición ante la Troika.