Cientos de miles de migrantes y refugiados intentan entrar en territorio de la Unión Europea para pedir asilo, huyendo de países devastados por conflictos. Sin embargo, las medidas que aplica la UE, cada vez más restrictivas, no alivian su penoso viaje, llegando algunos países a contemplar incluso el uso de la fuerza militar contra el flujo migratorio o el levantamiento de muros, como Hungría. Para miles de estas personas desesperadas se trata de un círculo vicioso: huyen del Estado Islámico o del hambre, pero acaban muriendo en camiones o en el mar, en medio del rechazo de las autoridades europeas. El problema, que ya ha sido calificado como la peor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial, sigue sin encontrar solución.