Reino Unido decidió expulsar a 23 diplomáticos rusos y suspender todos los contactos bilaterales con Rusia tras el envenenamiento del agente doble Serguéi Skripal y su hija Yulia, un hecho que Londres atribuyó a Moscú sin presentar ninguna prueba al respecto. Otros 28 países también expulsaron a diplomáticos rusos. Por su parte, Rusia aseguró que "no tiene nada que ver" con ese ataque y ha tomado medidas de respuesta.