Desde su inauguración en 2002, el campo de detención de Guantánamo ha sido un notorio ejemplo de cómo EE.UU. viola la presunción de inocencia y las normas de derecho internacional. Cerrar la prisión, donde se mantenían retenidos de manera permanente y sin cargo alguno entre 100 y 200 supuestos terroristas, fue uno de los compromisos claves de la primera campaña presidencial de Barack Obama en 2008. Sin embargo, la promesa queda incumplida hasta el momento.