El primer ministro francés, Manuel Valls, ha admitido que en Francia se está imponiendo "un 'apartheid' territorial, social y étnico" que ha avanzado mucho desde los disturbios callejeros del año 2005. Este 'apartheid' adopta la forma de guetos en las periferias urbanas y de "discriminaciones cotidianas porque alguien no tiene un buen apellido, un buen color de piel o porque es mujer", según cita el diario 'Le Point'.
En una reunión con la prensa, el político habló de las "tensiones que se incuban en silencio desde hace tiempo, de las cuales solo se habla de vez en cuando". Entre los factores de la creciente segregación en la sociedad francesa destacó "el miedo colectivo frente al paro masivo y duradero, al paro juvenil, frente a la vida demasiado cara, al riesgo de decadencia" y otras preocupaciones de índole económico-social.