El pasajero australiano que obligó a volver a la ciudad de Perth un avión de Virgin que se dirigía a Sídney ha sido multado con 10.000 dólares y condenado a pagar además una compensación de 48.568 dólares a la compañía aerea, informa 'The West Australian'.
En el pasado mes de julio, Brenden Tume, de 23 años de edad, amenazó con "derribar el avión", que realizaba el vuelo de Perth a Sídney, cuando, al haberse despertado borracho de un sueño, descubrió que su bolsa había sido trasladada a la bodega de carga, ya que era demasiado grande para el compartimento superior.
El capitán del vuelo tomó la decisión de volver a Perth y los 81 pasajeros del avión se vieron obligados a pasar la noche en hoteles.