De acuerdo con la Oficina de Administración de Personal de EE.UU. (OPM, por sus siglas en inglés), la fuga de información se registró en abril de 2015. El dicho departamento se comprometió a notificar a las cerca de 4 millones de personas cuya información personal se vio afectada.
Aunque se desconocen los autores del ataque, algunas fuentes han informado a Reuters que detrás de dicha fuga de información estaba un gobierno extranjero. A su vez los periódicos 'The Washington Post' y 'Wall Street Journal' han citado a funcionarios gubernamentales anónimos que acusaban a 'hackers' chinos.
La Embajada de China calificó de "irresponsables y contraproducentes" las acusaciones de Washington de que la base de datos de sus trabajadores gubernamentales fue 'hackeada' por piratas informáticos chinos.