El Departamento de Correcciones de Oklahoma, EE.UU., ha descubierto que funcionarios utilizaron un medicamento equivocado para hacer detener el corazón de un recluso durante una fallida ejecución llevada a cabo en enero, informa Mother Jones.
En lugar de recurrir al cloruro de potasio a Charles Frederick Warnerel le inyectaron acetato de potasio, un fármaco que se utiliza en mezclas para la preservación de los tejidos, la momificación y el embalsamamiento. Se reporta que el preso tardó 18 minutos en morir, gritando: "Se siente como ácido" y "mi cuerpo arde".
El acetato de potasio no se usa en ningún estado para la inyección letal. La fiscalía de Oklahoma está investigando las circunstancias de lo ocurrido.