El FBI pagó a ‘hackers’ para descubrir el fallo en el sistema de seguridad del iPhone, y así acceder a los datos del móvil perteneciente a uno de los implicados en el atentado del año pasado en San Bernardino (California, EE.UU.), que dejó un saldo de 14 muertos y 21 heridos, informa el periódico 'The Washington Post'.
Pese a que un tribunal ordenó al fabricante del teléfono, la multinacional Apple, cooperar con la investigación, esta se negó. Sin embargo, poco después trascendió a los medios de comunicación que el FBI había hallado la forma de acceder a la información del terminal.