Mark Kelton, que ocupaba un alto cargo en la CIA en Pakistán, abandonó el país por razones desconocidas dos meses después de que Osama bin Laden fuera ultimado. Según funcionarios estadounidenses, que destacaron que las relaciones entre Kelton e Islamabad eran tensas, éste se fue por una enfermedad repentina y podría haber sido envenenado por la Dirección de Inteligencia Inter-Services (ISI) de Pakistán, informa 'The Washington Post'.
Kelton fue operado y se repuso. Posteriormente, durante una llamada telefónica mencionó que las causas de su malestar "nunca habían sido aclaradas", agregando que no era el primero en sospechar que había sido envenenado. Asimismo, se informó que Ahmed Shuja Pasha, jefe del ISI en aquel entonces, se negaba a hablar con Kelton o incluso mencionar su nombre, refiriéndose al miembro de la CIA como "el cadáver".