Un forense estadounidense descartó que fuera un accidente la muerte el pasado 6 de mayo de un cadete durante un ejercicio, que imitaba las condiciones de combate en una piscina de Coronado (San Diego, California).
Según la autopsia practicada al cuerpo del cadete James Derek Lovelace, de 21 años, "las acciones e inacción de los instructores y otros individuos involucrados fueron excesivas y contribuyeron directamente a la muerte", publica 'Los Angeles Times'.
Un instructor sumergió repetidamente con fuerza al joven, completamente vestido y con zapatos puestos, y le roció agua contra el rostro hasta que se ahogara, estableció el forense. De esta manera la muerte debe referirse como "un homicidio", concluyó. La Armada realiza una investigación interna sobre el caso.