Colombia ha logrado reducir considerablemente los cultivos ilícitos en el último año, pasando de tener 64.000 hectáreas sembradas de coca en 2011 a 48.000 en 2012, lo que representa una caída del 25%, según un informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Los controles y programas sociales impulsados por las autoridades colombianas han obligado a los campesinos de ese país a abandonar la siembra de coca y dedicarse a otros cultivos legales. Mientras, Perú ha pasado a ser el mayor productor de este cultivo ilegal con 72.500 hectáreas, según cifras del informe.