Un ciudadano británico residente en la zona de Boston que planteaba secuestrar, violar y comerse a niños fue condenado a 27 años de cárcel.
Durante tres años, Geoffrey Portway estuvo planeando este tipo de atrocidades junto con un ciudadano de EE.UU.
Se intercambiaban fotos de las víctimas potenciales y analizaban planes de secuestro y torturas.
Para realizar sus depravadas fantasías, el maníaco construyo una cámara de torturas en su casa. Portway instaló una cámara insonorizada con una jaula, un juego de navajas, esposas y un ataúd hecho por él.
Durante el registro de su casa, la Policía descubrió pornografía infantil y cerca de 4.000 fotos de canibalismo en su computadora.