Al menos 27 personas han perecido a causa de las torturas practicadas en las cárceles y los calabozos de Libia después del derrocamiento y la muerte de Muammar Gaddafi. Son datos confirmados por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU en el país africano.
A los detenidos se les aplican distintos tipos de torturas corporales y se les priva de comer durante períodos prolongados. Muchos de ellos fueron arrestados en sus casas, lugares de trabajo, en la calle o en puntos de seguridad solo por ser sospechosos de haber simpatizado con el difunto presidente, y se les retiene en custodia sin juicio durante meses.