El ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, anunció que nombrará a un encargado de negocios no residente para Irán
con el fin de restaurar las relaciones con Teherán. Presentó esta informacion durante su discurso sobre Oriente Próximo ante la Cámara de los Comunes.
En noviembre de 2011 Londrés cerró la Embajada de Irán y expulsó del país a todos los diplomáticos iraníes. Al mismo tiempo, las autoridades británicas evacuaron a todos los empleados de su misión en Teherán. La decisión vino después de que unos 200 manifestantes asaltaran, en tres ocasiones a lo largo de una jornada, la Embajada británica en Teherán y la tomaran durante un tiempo.