A partir de enero del próximo año la Cruz Roja se encargará en exclusiva de la extracción de sangre para donaciones en la Comunidad de Madrid, por lo que cobrará más de 9 millones de euros al gobierno autónomo, lo que ha provocado la indignación de los trabajadores del centro de transfusiones de la comunidad.
La medida causará la pérdida de los 130 puestos de trabajo del Centro de Transfusión de Sangre madrileño, que hasta ahora extraía la sangre en las vías públicas de Madrid junto con la Cruz Roja. El centro madrileño tendrá que ceder además a la Cruz Roja todo el equipo que tiene y se encantará únicamente del procesado de la sangre de los donantes.
El convenio, que se hizo público el pasado octubre, fue paralizado por Hacienda, pero ha sido desbloqueado ahora.