David Bowers, de 62 años, dijo que tomó un extintor después de que un cliente entrara en la tienda pidiendo socorro. "El supervisor me dijo que mi corazón estuvo en el lugar correcto, pero no mi cerebro", declaró el exempleado.
David Bowers, de 62 años, dijo que tomó un extintor después de que un cliente entrara en la tienda pidiendo socorro. "El supervisor me dijo que mi corazón estuvo en el lugar correcto, pero no mi cerebro", declaró el exempleado.