"Hola adorables científicos. Mi nombre es Sophie y tengo 7 años. Mi padre me ha hablado de los científicos de la CSIRO. ¿Sería posible que me consiguieran un dragón? Me gustaría mucho, si se puede, aunque si no se puede está bien también. Le llamaría Desdentada si fuera una chica y si fuera un chico le llamaría Stuart. Lo tendría en mi jardín, le daría de comer pescado crudo y le pondría un collar ", decía, entre otras cosas, la carta.