Adriana Manzanares, perteneciente a la etnia tlapaneca, fue acusada de asesinar al hijo que esperaba y condenada a prisión. El Supremo ha determinado ahora su libertad "en virtud de diversas violaciones al debido proceso, entre las que destaca la ausencia de un intérprete que conociera su lengua y entendiera su cultura y cosmovisión". La sentencia "adolecía de suficiencia probatoria, tanto en lo que hace a la comisión del delito, como a la responsabilidad", agregó el tribunal.