El funcionario reconoció no tener otra motivación que la de "cumplir con los deseos del pueblo egipcio”.
Por su parte, el mandatario ruso subrayó que se trata de una decisión que conlleva mucha responsabilidad y le deseo suerte.
El ministro egipcio ganó popularidad tras el golpe de estado que encabezó el pasado mes de julio y que derrocó al presidente islamista Mohamed Morsi. Su candidatura, esperada desde hacía tiempo, es apoyada por las fuerzas militares.