El primer ministro turco, Reyep Tayip Erdogan, ha declarado este martes en el Parlamento turco que las conversaciones telefónicas en las que supuestamente su hijo y él discuten sobre cómo esconder grandes cantidades de dinero, son un "montaje sin vergüenza".
Al mismo tiempo los turcos, indignados por las nuevas declaraciones, han salido a las calles de Estambul para mostrar su rechazo. Las autoridades del país utilizaron cañones de agua para dispersar a casi cinco mil manifestantes.
La semana pasada, fiscales de Estambul revelaron documentos clasificados que apuntan a que la Policía turca espió durante tres años a al menos 7.000 personas, entre ellos el primer ministro del país y otros políticos, ha echado leña al fuego en Turquía, donde hace varios meses estalló un escándalo al desvelarse casos de corrupción entre los políticos de alto rango.