El sistema de salud pública del Reino Unido propone ayudar a los niños que no pueden determinar su sexo: los médicos quieren recetar a los niños medicamentos que frenarían el proceso de llegada de la pubertad, informa el periódico 'The Telegraph'.
Los medicamentos se ofrecerán a niños a partir de 9 años. Aunque el experimento fue considerado exitoso, en la sociedad causó una reacción ambigua: los médicos fueron acusados de intentar reemplazar a Dios.