El Gobierno de China puso en marcha una "operación antiterrorista" en todo el país que durará un año, pocos días después de que un atentado terrorista en Urumqui, capital de la región occidental de Xinjiang, se cobrara la vida de al menos 34 personas, informa Reuters.
El objetivo es "evitar que milicianos de grupos terroristas y extremistas religiosos se propaguen desde Xinjiang, con una gran minoría musulmana, hacia el resto del país".