El metro de Pekín, cuyas 200 estaciones son escenario de cerca de 10 millones de viajes diarios, ha sido equipado con nuevos puntos de control de seguridad debido a los bombardeos que tuvieron lugar recientemente en el noroeste de China.
Introducidos en las mayores estaciones de la capital, los nuevos sistemas antiterroristas obligan a los pasajeros a pasar por un detector de metales antes de entrar en la estación, lo que provoca colas sin precedentes.
Los primeros seis puntos de control fueron instalados a principios de año y otros tres entraron en funcionamiento el pasado sábado.