El fiscal general de Australia, George Brandis, propuso un nuevo proyecto de ley según el cual cualquier individuo que divulgue datos secretos será condenado a un mínimo de cinco años de prisión. La ley criminalizaría también a los medios de comunicación que revelen y divulguen información sobre operaciones especiales de inteligencia, informa el periódico 'The Guardian'.
Brandis justifica su propuesta poniendo como ejemplo a Edward Snowden, al que acusa de traidor cuyos actos pusieron en riesgo muchas vidas, también las de los australianos.
Sin embargo Andrew Wilkie, diputado independiente y exanalista de inteligencia, opina que los agentes deben tener derecho a revelar información en algunas ocasiones.
El rotativo informa también de que los diputados planean discutir el proyecto de ley en septiembre.