El Estado Islámico está llevando a cabo una ofensiva contra minorías religiosas, incluidos cristianos y yazidíes, un grupo vinculado al zoroastrismo. Unos 15.000 creyentes quedaron atrapados en un monte sin acceso a agua ni comida, pero les da miedo descender a los territorios controlados por los extremistas por el temor a perder la vida.