Los que viven en las proximidades de los lugares donde se realiza el 'fracking' mostraron una mayor probabilidad de sufrir problemas en la piel y respiratorios, según un nuevo estudio realizado en el estado de Pensilvania y publicado en 'Environmental Health Perspectives'.
El estudio mostró que las personas que viven a un kilómetro de los pozos de fracturación hidráulica eran significativamente más propensas a sufrir los efectos nocivos para la salud que los que viven a dos kilómetros.