El Gobierno estadounidense acordó pagar 554 millones de dólares a la tribu Navajo para detener la batalla legal que ha durado más de medio siglo, según anunciaron el titular de Justicia de Estados Unidos, Eric Holder, y el jefe de la tribu, Ben Shelly, conocido oficialmente como el presidente del pueblo Navajo.
Holder expresó su confianza en que el acuerdo alcanzado "fortalecerá la alianza" del Gobierno federal con los indígenas estadounidenses, mientras Shelly lo calificó de "victoria para la soberanía tribal".
La comunidad nativa exigía dinero como compensación por los abusos del Gobierno federal en el desembolso del Fondo Fiduciario de Navajo, así como por el amplio uso de las tierras pertenecientes a la tribu.